El principio de eficacia para un estado con obligaciones prestacionales no se limita al cumplimiento de metas sino a la racionalización de los recursos, pero nada ello es posible si la estructura del estado impide cualquier necesidad de competitividad que exija a la administración tanto el cumplimiento de metas como la eficiencia en los recursos para alcanzarlos. Ello es imposible sin un cambio en el modelo rentista del estado, pues impide la existencia de una administración que necesite ser eficiente y para ello se proponen diversos mecanismos que permitan iniciar la evolución de una administración displicente con el ciudadano, a otra que busque la aprobación del mismo.
Lea aquí el artículo de Alí Daniels.