Desde 1997 se espera que el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (hoy Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo) reestablezca el cauce de la quebrada Cantarrana, en el estado Miranda.
En el año mencionado, la administración ambiental dictó una providencia contra Evelin Milian para que demoliera la protección hecha con sacos de arena, a fin de restituir el cauce original de la quebrada. En 2001, cuatro años después, en vista de que la señora Milian no había cumplido voluntariamente con lo ordenado, el Ministerio procedió a ejecutar forzosamente la providencia.
Sin embargo, el material no fue completamente removido, ocasionando que la quebrada no recuperara su cauce natural, poniendo en riesgo varias viviendas y comercios adyacentes. En vista de ello, el ciudadano Nelson Eljuri ejerció un recurso de reclamo ante el referido despacho ministerial, a fin de que se diera cumplimiento total a lo ordenado.
El Ministerio declaró que no existía materia sobre la cual decidir, porque, conforme a las actas, se había dado cumplimiento al mandato contenido en la providencia. Contra esa decisión, el accionante interpuso un recurso de nulidad ante la Sala Político Administrativa (SPA) del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en noviembre de 2002, el cual fue finalmente resuelto con lugar, diecisiete años después, en mayo de 2019.
La sentencia se basó en que para decidir el Ministerio consideró el cumplimiento total de la resolución, cosa que no había ocurrido, y por ello ordenó el cumplimiento íntegro de lo decidido en 1997, es decir, más de veinte años después.
La injusticia de este caso es tal que, aunque el fallo que resuelve el recurso de nulidad interpuesto resultó a favor de la pretensión del accionante, este falleció durante el proceso.
Lo señalado significa que transcurrieron casi veintidós años, de los cuales cerca de diecisiete corresponden al recurso de nulidad llevado por la SPA, sin que se haya cumplido lo ordenado en la providencia, poniéndose en riesgo viviendas y comercios. Pero, sin duda, lo más destacable es cómo literalmente se consume la vida de un ciudadano en una estéril espera por la justicia.
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