El CNE atiende la petición de Maduro e inicia el proceso para crear nuevos centros de votación

CONSEJO NACIONAL ELECTORAL (CNE)

«Sus deseos son órdenes». Las distintas ramas del Poder Público venezolano hacen suya esta expresión popular cada vez que Nicolás Maduro hace una propuesta o petición. Al menos esto parece al conocer la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de iniciar el proceso de estudio para crear nuevos centros de votación, apenas días después de que el jefe del Estado expresara su deseo de que esto ocurriera.

«Hay que crear nuevos centros electorales y que los centros electorales estén en el epicentro de cada comunidad y sea fácil para la gente ir a votar, que la gente no tenga que ir a uno o dos kilómetros», declaró Maduro el pasado 17 de octubre durante el acto por el décimo aniversario del sistema de misiones socialistas.

Pese a que admitió que «esa es una labor del Poder Electoral», el mandatario dejó en claro que consideraba insuficiente el actual número de colegios de votación, que ronda los 14.000.

Días después de que el mandatario realizara estas declaraciones, el nuevo CNE publicó en su web un anuncio sobre la puesta en marcha del Catastro Nacional de Centros de Votación, con «la finalidad de que todas aquellas organizaciones con fines políticos, consejos comunales, asociaciones de vecinos, grupos de electores, y comunidades organizadas, puedan elevar sus solicitudes de creación de centros de votación».

Manos a la obra

El objetivo del organismo comicial es elaborar un censo de los potenciales nuevos recintos y establecimientos que puedan ser empleados como colegios electorales durante los venideros comicios.

Los interesados en participar en este proceso deben descargar una planilla en la que se les solicita el nombre del lugar que consideran podría ser empleado como un potencial nuevo centro de votación, su dirección y la cantidad de mesas que estiman podrían operar en él.

Asimismo, quienes atiendan el llamado deberán presentar una carta explicando los motivos por los cuales consideran necesaria la apertura de un nuevo recinto, además de tener que consignar copias de sus cédulas de identidad y del Registro de Información Fiscal (RIF) de la agrupación política o social a la que pertenecen.

Una vez recibida y verificada la información, la misma será remitida a la Junta Nacional Electoral (JNE) para su aprobación, precisó el CNE.

Motivos para preocuparse

Aunque el sorpresivo anuncio del CNE parece estar ajustado a lo que establece el artículo 106 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, que en su último parágrafo estable que «las organizaciones con fines políticos, las comunidades organizadas y las comunidades u organizaciones indígenas, podrán solicitar al Consejo Nacional Electoral la conformación de centros de votación», el mismo genera suspicacias.

En primer lugar, el organismo debería tener claro si realmente se necesitan más centros de votación, pues él sabe —o debería saber— cuántos electores hay y en dónde están.

Además, a lo largo de las últimas dos décadas, el árbitro al momento de crear nuevos colegios no siempre lo ha hecho atendiendo a las exigencias legales o técnicas, sino a los intereses del Gobierno.

Para 1998 había 8.315 centros de votación en todo el país, en los cuales operaban 20.201 mesas, de acuerdo con los datos que el CNE dio a la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) que ese año supervisó las elecciones presidenciales. La mayoría se encontraban en capitales de municipio o zonas urbanizadas. Sin embargo, para 2021 el número saltó a 30.000 mesas habilitadas en 14.511 colegios, y el número de centros en zonas rurales o no urbanizadas creció.

Aunque este aumento podría atribuirse exclusivamente al crecimiento poblacional, el detalle no está en el número de nuevos centros, sino dónde están ubicados y cómo están conformados.

El CNE ha tendido a favorecer la apertura de nuevos colegios en zonas controladas por el oficialismo; prueba de ello es que para las parlamentarias de 2015 el organismo comicial creó 735 colegios de votación. Veintiséis de estos nuevos centros estaban en sedes de consejos comunales (instancias que pretenden suplantar a las asociaciones de vecinos y que para tener estatus legal deben registrarse ante el ministerio competente en comunas y movimientos sociales  y cumplir con los requisitos correspondientes), 14 en «simoncitos» (jardines de infancia administrados por el Gobierno) y en cuatro de ellos no se identificó el tipo de estructura que los albergan (colegios, hospitales, etc.), sino que solo aparecen los nombres, el más llamativo de todos, por hacer alusión a un eslogan de campaña, es el de «Chávez vive la lucha sigue».

¿Por qué tantos nuevos centros?

Del total de los centros creados en 2015, 729 eran estructuras que contaban con una o dos mesas. ¿Cuál es el problema? «En estos centros pequeños es donde se suelen fraguar los triunfos del chavismo», explicó el periodista especializado en temas electorales, Eugenio Martínez.

La combinación entre un centro pequeño y ubicado en zonas tradicionalmente oficialistas aumentan las posibilidades de que el Gobierno con su partido, Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), puedan ejercer control político en él, al limitar, por ejemplo, la presencia de testigos de otras tendencias políticas.

En las presidenciales de octubre de 2012 en los centros con tres o más mesas el candidato opositor Henrique Capriles Radonski obtuvo 47,7 % de los votos, mientras que el fallecido presidente Hugo Chávez capitalizó 52 %. No obstante, en los centros con una o dos mesas el exgobernador de Miranda logró 32 % de los votos y Chávez consiguió 67,6%, recordó Martínez en un artículo publicado en 2015.

En las presidenciales de 2013 «los pequeños centros de votación fueron decisivos» para que Maduro obtuviese 200 mil votos de ventaja, hallaron los expertos Raúl Jiménez y Manuel Hidalgo, quienes detectaron un patrón similar en Rusia, Uganda y Zimbabue, aunque el caso venezolano lo calificaron de «alarmante».

Hasta 2013, 5.454 colegios solo tenían una mesa de votación (casi un tercio del total) y en ellos votaban más de 1,8 millones de electores (casi el 9 % del padrón). Los centros con estas características aglutinaron los reclamos de la oposición después de las presidenciales de 2012 y 2013.

Otra estrategia ha sido eliminar centros de votación; no se puede olvidar que para las presidenciales anticipadas de mayo de 2018, 119 recintos electorales en 17 estados fueron suprimidos temporalmente y se pretendió obligar a sus electores a trasladarse a decenas de kilómetros.

¿Por qué ahora?

El momento en que el CNE ha decidido poner en marcha este proceso también genera suspicacias, pues se da a solo semanas de que la oposición celebre las elecciones primarias en la que pretende elegir al candidato unitario que la representará en las próximas presidenciales, las cuales deben producirse en 2024.

Llama la atención que ahora hay otro tema, planteado por el Gobierno, que coincide con la agenda electoral de las primarias: el referendo consultivo sobre la cuestión del Esequibo que aprobó recientemente la Asamblea Nacional electa en 2020.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

Ante la falta de claridad de las razones ni propósitos del paso dado por el CNE, desde Acceso a la Justicia advertimos que esta medida compromete aún más el escenario electoral del país y refuerza las dudas más que justificadas del cuestionable nuevo árbitro electoral.

Asimismo, envía un mensaje preocupante de cara a las elecciones presidenciales y da pie a especulaciones, tomando en cuenta el diseño de Estado comunal que el Gobierno ha tratado de imponer.

Sobre este último aspecto queremos dejar en claro que aunque las autoridades pretenden vender el Estado comunal como una herramienta de la democracia participativa, es decir, una que ofrece mayor inclusión de los ciudadanos en los asuntos públicos, en realidad es un modelo que busca aumentar el control del Ejecutivo sobre la sociedad, pues los consejos comunales están pensados desde las leyes que los regulan como organizaciones que pueden llegar a ser dependientes del Ejecutivo nacional. Debe advertirse que aunque Maduro ha anunciado nuevas versiones de leyes en este ámbito, sus reformas no han sido publicadas en Gaceta Oficial, y su contenido es desconocido hasta la fecha de la publicación de esta nota de prensa. 

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