“Poder Judicial como arma de intolerancia”, Gonzalo Himiob

GONZALO HIMIOOB

Gonzalo Himiob, director de Foro Penal Venezolano, durante su intervención en el Seminario de Acceso a la Justicia, hizo un recuento de lo que para él son algunos de los casos emblemáticos que han dejado constancia de que en Venezuela se usa al Poder Judicial como arma de intolerancia.

Comenzó recordando la historia del General Francisco Usón, quien fue puesto en prisión por injuria a la fuerza armada militar, al pronunciarse ante los medios por el caso de los soldados muertos quemados con lanza llamas en fuerte Mara, aunque el General en sus declaraciones dijo explícitamente, según Himiob, lo siguiente “si eso es cierto, y no puedo afirmar que lo sea, sería muy grave porque eso evidenciaría premeditación (…) porque el lanzallamas necesita preparación”.

A la semana siguiente José Vicente Rangel, dijo en su programa que por esas manifestaciones el general iba a ser detenido, y así fue. El general pagó 4 años de condena.

Himiob relata que en el último día del juicio, se habían ya evacuado todas las pruebas de fiscalía y algunas que se le habían admitido a la defensa,” hoy por hoy a la defensa no se le admiten pruebas de absolutamente nada” acotó, quedaba una sola prueba que era el video de la entrevista completa; “las pruebas se admiten mucho antes de que el juicio inicie, por eso nos impresionó mucho cuando a última hora el fiscal primero se opuso a que se viera el video por catalogarlo de una prueba sorpresa”.

Sin embargo, al no contar con el apoyo del juez porque ese material tenía más de un año como parte del caso, se levantó e inesperadamente anunció que no podía permanecer en el juicio por problemas intestinales, con asombro por parte de todos los presentes hubo un receso y al regresar cuenta Himiob que se encontraron con la inesperada presencia del General Aponte Aponte, para entonces Jefe de la Fiscalía Militar, quien se encerró con los jueces y a los 10 minutos salieron diciendo que debido al estado de salud del fiscal se posponía el receso hasta el siguiente lunes para la evacuación de la prueba.

De esa anécdota quedan varias cosas primero a los niveles que puede llegar un operador de justicia cuando se trata de cumplir una orden. “La verdad de todo era que al fiscal se le había olvidado que ese video estaba ahí, y como no sabía si en ese video iba a salir, por ejemplo, Hugo Chávez diciendo que Francisco Usón era inocente”, o cualquier otra cosa, o alguien confesando que había usado el lanza llamas, se asustó y la única forma de frenar el juicio que consiguió fue esa. En ese momento los jueces se prestaron (2004).

Por otro lado,  contó que durante una de las audiencias de los muchachos del campamento PNUD, llegó un experto en balística, porque supuestamente a uno de los detenidos se le había incautado un arma de fuego, y luego de que el experto se levantara contara cuales eran las características del arma de fuego, mencionara que fue detonada y diera todas las especificaciones técnicas, él le preguntó si tuvo en algún momento en sus manos el revólver al cual se le hizo la experticia, a lo que el experto en balística dijo que no, “no lo vio, no lo tuvo en sus manos, no pudo decirnos ni de qué color era” y cuando la defensa pidió la cadena de custodia donde constan todas las pruebas consignadas, se la negaron.

“Les estoy hablando de casos de alto perfil, en los que se supone que debe haber gente con suficiente astucia, no digamos inteligencia, pero sí suficiente astucia, si eso pasa en esos casos imagínense lo que pasa con los que no tienen visibilidad mediática. A esos niveles estamos” recalcó Gonzalo.

Por otro lado, comentó que los tribunales nunca se han caracterizado por ser muy trabajadores, normalmente antes se sabía que una persona no tenía nada que hacer en un tribunal antes de las 9 de la mañana, porque estaban desayunando, “ahora no solamente no trabajan varios días por decreto presidencial, ahora solo trabajan los casos que ellos llaman agenda única”.

Es importante recordar que muchos detenidos por las protestas llevan más de dos años sin que se les sentencie, de acuerdo a las leyes venezolanas a esa gente les corresponde la libertad o adelantarles la sanción, “no solo no podemos solicitar eso, es que ni siquiera la unidad de recepción de documentos te recibe documentos de esos casos para los que no hay audiencia esos días. Eso es lo que tenemos (…) Tribunales carentes de todo tipo de recursos para cumplir la función que deben cumplir. Como no interesa que funcione sigue siendo la cenicienta presupuestarios”.

Los sistemas penales latinoamericanos tienen la selectividad como característica negativa estructural y en Venezuela es doblemente selectivo, en lo que se refiere a la que se dirige únicamente a la clase más vulnerable desde el punto de vista socioeconómico y hasta racial, pero además ahora la selectividad ante los factores de disidencia.’

Otras características negativas son el hacinamiento y el retardo procesal, “tenemos 60mil reclusos, de los cuales 58mil están en cárceles y el resto hacinados en policías y comandancias”. Un fiscal ordinario en el área metropolitana de caracas, con solo un asistente, lleva entre 2500 y 4mil causas. En los Tribunales llevan mucho más, entonces se enfocan en los casos que se pueden llevar fácilmente.

En los casos de relevancia política a veces se asignan 3 o 4 fiscales, mientras que en casos de homicidios y cosas más terribles que eso,  pocas veces se les asignan ese tipo de recursos. El sistema se ha vuelto un arma de intolerancia, selectivo en doble sentido.

Por otro lado, el sistema es corrupto, y comienza en los primeros niveles de contacto con el sistema penal, en el nivel policial. En Venezuela si tienes los recursos para solucionar un caso lo resuelves en el nivel policial, esa es la verdad.

Además, “meter a una persona en la cárcel, así sea en una jaula de oro, es violencia. Encerrarla y decirle no te puedes mover de aquí es violencia, pero en nuestro país el sistema penal es particularmente violento en todos sus niveles”.

¿Por qué esto es así?

Porque desde el 2002, el poder con Chávez se dio cuenta que no la tenías todas consigo si no tenía el poder judicial sumiso, desde ahí comenzó una restructuración del poder judicial que pasó por reformas tales como la de la LOTSJ, que cambiaron completamente la cara del sistema judicial venezolano, que hoy por hoy está integrado por jueces que no están preparados para cumplir sus funciones, “me he encontrado con jueces que no saben leer ni escribir, que leen un acta y no saben lo que están leyendo”.

Cerca del 75% de los jueces a nivel nacional son provisorios y tienen que cumplir las instrucciones que les den.

¿Qué tenemos que hacer?

Asignar recursos al sistema penal, pero además trabajar de verdad en una restructuración de fondos del sistema penal. Estoy absolutamente seguro de que en Venezuela hay jóvenes que han soñado desde el comienzo de su carrera con ser jueces, hay talento y ganas de hacerlo, lo que pasa es que como está diseñado el sistema no se les permite.

“La pelea es de resistencia,  a veces olvidamos el tamaño del enemigo que tenemos al frente, cuando seguimos con constancia el camino de la razón, del respeto, de la conciencia, con nuestros derechos y deberes al final se conquistan las victorias”.

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