La desconfianza de los ciudadanos hacia la capacidad del Ministerio Público para realizar su labor hace que estos se abstengan de acudir ante él a denunciar los delitos de los que son víctimas, lo cual genera impunidad y esta a su vez estimula más desconfianza y, con ello, aún más impunidad. En este círculo perverso se encuentra sumida la instancia encargada de investigar los delitos y de llevar a los tribunales a sus responsables: el Ministerio Público.
Así figura en el informe El Ministerio Público en Venezuela: su actuación y percepción ciudadana (2000-2020), elaborado por Acceso a la Justicia, en el que se citan datos de la encuesta sobre violencia y letalidad policial que el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) realizó a finales de 2019 y comienzos de 2020, la cual arrojó que el 70% de los entrevistados reprobó la actuación del organismo, frente a un 30% que la califican de buena o muy buena.
Estos datos se asemejan a los obtenidos por la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), que desde 2014 registra un aumento en la valoración negativa del Ministerio Público, en especial luego de los años 2016 y 2017, cuando más de la mitad de los entrevistados tacharon de mala o muy mala la gestión del mismo. Ello explica por qué el mismo estudio revela que en ese período la cifra de venezolanos víctimas del hampa que acudieron a las policías o ante los fiscales para denunciar no hizo sino caer. Ello se traduce en que entre 2015 y 2017 el número de quienes no reportaron a las autoridades los delitos de los que fueron objeto pasó de 64% a 69%.
Motivos
En el informe se cita otra encuesta que el OVV realizó en 2010, en la que se indagó sobre por qué no se denunciaba. Del total de 234 personas que fueron objeto de un delito en los 12 meses previos a la encuesta, 65% afirmó que no denunciaban porque «las autoridades no hacen nada», 15% declaró que no lo hacían por «temor a represalias de los delincuentes» y el 20% restante por diversas razones, entre las que destacaron no saber dónde hacer la denuncia y miedo a la policía.
Para Acceso a la Justicia esta desconfianza es atribuible a la lentitud con la que el Ministerio Público actúa. Así en otra investigación previa, intitulada Informe sobre el desempeño del Ministerio Público (2000-2018), se recuerda que desde 1999, cuando entró en vigencia el nuevo sistema penal acusatorio, el organismo se ha visto saturado por miles de casos, y aunque en estos años ha visto incrementar sus fondos (50%) y su personal (93,7%), esto no ha se traducido en resultados.
Los datos coinciden con otros contenidos la investigación de Acceso a la Justicia intitulada El servicio de policía venezolano: Entre la realidad y la percepción (2000-2019). En dicho estudio también se da cuenta que la mayoría de los ciudadanos desconfían de los cuerpos policiales y por lo tanto evitan acudir ante ellos aunque hayan sido víctimas del crimen.
¿Y a ti venezolano, cómo te afecta?
El círculo perverso en el que está sumido el Ministerio Público tiene profundas repercusiones en la vida de los venezolanos, pues no hace más que agudizar el ya grave flagelo de la impunidad. Criminólogos y activistas de derechos humanos han advertido que la falta de castigo de los crímenes no solo incita a que estos se repitan sino que lo hagan con una mayor virulencia, e incluso abre las puertas a que los ciudadanos busquen la justicia por sus propias manos.
La endémica impunidad explica el aumento exponencial de fenómenos como los linchamientos. Solo en 2016 se registraron en el país 65 de estos crímenes, cifra que representó un aumento del 650% en comparación con el año anterior.
El Ministerio Público es un organismo fundamental para la existencia de un Estado de derecho y un sistema democrático, porque no solo es el encargado de llevar ante la justicia a quienes quebrantan la ley, sino que además es el responsable de velar porque los tribunales y los cuerpos policiales respeten los derechos de los ciudadanos.
Para leer el informe El Ministerio Público en Venezuela: su actuación y percepción ciudadana (2000-2020), haga clic aquí.