¡Que no se nos olvide lo correcto y lo importante!

JUSTICIA

¡Que no se nos olvide lo correcto y lo importante!

“Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto”

Martin Luther King Jr.

Vivimos en un país donde es fácil olvidar que las actuaciones correctas nos traen los resultados que necesitamos, que el trabajo es el camino al progreso y que las acciones individuales inciden en el colectivo. Acceso a la Justicia, como observatorio venezolano de justicia, quiere hacer un recordatorio de los valores que no podemos dejar a un lado. Quizá hoy más que nunca valga la pena tener claro lo que debe ser, a pesar de lo que es.

Recordemos que nuestra Constitución es de obligatorio cumplimiento, por ser la cúspide del ordenamiento y porque sobre sus valores está construido el marco de nuestra actuación. De acuerdo con ella, Venezuela es un “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”, y precisamente esos valores -irrenunciables- son, entre otros, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la democracia, la preeminencia de los derechos humanos y la ética.

Recordemos que todas las personas y órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a la Constitución, y que es nulo todo acto dictado en su ejercicio que viole o menoscabe los derechos garantizados por la Carta Magna y la ley. Siendo así, quien lo ordene o ejecute esa orden podría ser declarado responsable, sin que pueda valerse de la excusa de haber acatado órdenes superiores.

Recordemos que, además de sus deberes como ciudadanos, los funcionarios que forman parte de la Administración Pública, así como ella misma, están al servicio de los ciudadanos y del Estado, no de parcialidad alguna. Además, no pueden sino guiarse por los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de sus funciones. El buen funcionamiento de la Administración Pública no es un favor, es su obligación.

Recordemos que cualquier funcionario público que en razón de su cargo maltrate o cause sufrimientos físicos o mentales a cualquier persona, o que instigue o tolere este tipo de tratos, debe ser sancionado. Pese a lo que nos han obligado a padecer y creer, las torturas y el exceso en el uso de la fuerza pública no son constitucionales, y mucho menos tolerables por una sociedad democrática. Un Estado de Derecho no lucha contra sus ciudadanos.

Recordemos nuestros derechos al debido proceso, a acceder a bienes y servicios de calidad, a ser iguales ante la ley, a la tutela judicial efectiva, y otros más entre una larga lista que hoy no se cumple. No disfrutarlos no implica que no los tengamos, y es nuestro deber procurar ejercerlos aunque el Poder Ejecutivo esté desviado de sus correctos fines. Aunque el Poder Judicial sea cada vez más una traba que un garante. Aunque el Poder Legislativo esté de manos atadas. Aunque el Poder Ciudadano olvide a los ciudadanos. Aunque el Poder Electoral no nos deje elección.

Ningún sistema, ningún órgano o ente, ningún partido político y ninguna ideología puede exigirnos incumplir el mandato de la Constitución. No estamos obligados a desobedecerla. Precisamente lo contrario, cumplirla y hacerla cumplir, constituye nuestra mayor responsabilidad.

Y tú venezolano, ¿qué puedes hacer?

Para Acceso a la Justicia, no olvidar los derechos de los que somos titulares es el primer paso para recuperarlos. Es vital no dejar pasar las injusticias, las violaciones constantes a esos derechos que nos pertenecen, el incorrecto proceder de los órganos que deben garantizarlos.

Sí es posible recuperar la democracia y el Estado de Derecho, pero debe haber un recordatorio constante de que existen y son alcanzables. ¡Que no se nos olvide lo correcto y lo importante!

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